Hay momentos en nuestra carrera profesional, y definitivamente en nuestra vida; en la que existen puntos de inflexión que te hacen ralentizar un poco los motores – acostumbrados siempre a ir a tope de revoluciones – y aprovechar para hacer un alto en el camino, sentarse en la orilla y recapacitar. Quizás estas vacaciones están siendo ese parón tan necesario que mi cuerpo llevaba pidiéndome para engrasar la maquinaria, y sobre todo para decidir lo que quiero y no quiero; por lo que que quiero pasar y por lo que no.
También me está sirviendo para poner al día mi portfolio de trabajos y para actualizar algunos conocimientos un poco oxidados. Pero el motivo de este post es sobre todo para contaros que en las últimas semanas he estado realizando los trámites para afiliarme en la única corporación de derecho público a nivel nacional, que vela por la defensa del diseño de la comunicación visual, sus profesionales y sus usuarios, el Colegio Oficial de Diseño Gráfico de Cataluña (el único de sus características existente en España).
La motivación, no sólo es por consolidar mi trayectoria con el respaldo de la firma del Colegio; sino también, por pertenecer a una institución que en primer lugar, consiga reconocimiento profesional; y que defienda la disciplina del diseño ante terceros, ya sean empresas o administración; que potencie el factor y el valor empresarial del diseño gráfico. Pertenecer a la entidad del rango máximo a la que puede aspirar cualquier actividad profesional; y que, por último, trabaje por defender el valor económico real del diseño gráfico para la sociedad. Y también cómo no, formar parte de un importante directorio de profesionales, y de un colectivo que hasta hace poco tiempo no estaba aún reconocido, y que ahora tienen la oportunidad de estar agrupados de forma oficial.
Hoy he recibido notificación de la Junta Ejecutiva del Colegio, en la que me informan que dentro de la comisión de habilitación celebrada el pasado martes 8 de julio y tras la valoración conveniente, ha sido aceptada mi solicitud y en consecuencia desde hoy mismo ya formo parte del Colegio Oficial de Diseño Gráfico de Cataluña, con el número 606.
Estoy muy contento porque significa un nuevo reconocimiento en mi labor como diseñador; ya que estoy seguro de que conseguir la admisión en el Colegio, me ayudará a desempeñar mi profesión con más rigor aún si cabe, así como con el respaldo profesional del Colegio; tanto en la actualidad, como abriéndome nuevas puertas en un futuro.