El mundo que nos merecemos
El reciente desastre de la DANA ha dejado expuesto, de manera casi caricaturesca, lo desconectados que están del pueblo quienes gobiernan, independientemente de su color y calaña política. Mientras una nación entera se organiza, saca tractores, palas y lo que haga falta para ayudar, las administraciones se limitan a señalarse a toro pasado sobre quién debería asumir responsabilidades, solicitar la ayuda o, en términos prácticos, tomar el control y actuar.